viernes, 19 de junio de 2009

El trigal es un demonio.

El pan se parece a los beduinos
que se tapan del sol con manto de agua,
se comen los higos del rebaño
y a las seis ordeñan a las cabras.
Soy yo, quien las ordeña
antes de sacrificarlas,
antes de dejarlas ir por el arroyo,
antes de convertir en pan los arenales,
antes de morir de hambre entre los riscos.
Y en este trigal de todos y de nadie,
admiro a los que, antes que yo,
se atragantaron con hierba, muriendode
este amarillo intenso,de este ahogo de sirenas.

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