I
A veces quisiera cambiarme
por mi mismo,
por el que fui,
y del que ya no queda nada.
II
Mi corazón es ahora
una casa abandonada,
en donde ocasionalmente,
algunas noches,
se pasea el fantasma solitario
de tu nombre.Ahora
hablar de ti,pensar tu nombre,
es una liturgia de dolor intenso
de lo que pudo ser,de lo que ya no es,
de lo que no será
ya nunca más.
III
Hablar de tien esa circunstancia,
es desenrollar el ovillo triste
del “si yo”“si ella”“si nosotros dos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario