viernes, 19 de junio de 2009

CÓDICE XICOMÓZTOC

HACE 38 MIL AÑOS; QUETZALCÓATL DIOS DUAL DEL TOLTECA; DEJO EN EL HOY SAN ANDRÉS TUXTLA (AYER XICOMÓZTOC – TAMOÁNCHAN), 87 MENSAJES EN SU ESTANCIA, DE HABER EVACUADO DEL MUNDO PÁEHTON, AL HOMBRE Y TRAERLO A LA TIERRA… NARRA ÉL, LA HISTORIA DE DESTRUCCIÓN; DÉMOSLA; DESCRIBÁMOSLA CON SENCILLEZ…

El CÓDICE XICOMÓZTOC (sitio de su hallazgo), del dicente narra al ser descamufladas y desencriptadas las voces onomatopeyas y lexemáticas de sus conceptos en el lenguaje idiomático, el extraterrestre Náua; al aplicarles, extraerles su contenido a través de la Filología del idioma mencionado, de la cultura Atlante (de la isla Atlántihca); los 87 mensajes manifiestan una historia Astronómica de destrucción del Planeta que estuviera ubicado entre Júpiter y Marte, suceso que hizo destrucciones y cambió la fisonomía tanto de la Tierra, como al parecer el Planeta Marte y, Páehton, quedar reducido a montón de piedras; en Cinturón de Asteroides de 240 kilómetros de ancho .

La historia es tan fantástica que pareciera ser producto de novela de ciencia ficción, por esto, no molestará a quien la escribe, si alguien la siente un mito; Filólogos de la lengua en referencia, pueden, les permitimos adentrarse en cada concepto de eso 87 que conforman los sucesos; permitimos que sean desencriptados por ellos y que ya no sigan inventando teorías sin bases sino con un mundo de pruebas.

Démos esos sucesos que datan −insistimos− de hace 38 mil años, en narrativa sensilla, lo que encierra el CÓDICE XICOMÓZTOC de Raymundo González Morales; dicente que tuvo la visión de éllo, hallándolo el miércoles 9 de Julio del presente año, en la misma naturaleza circundante que protege tan gigante documento, el Tzacoálco –sitio encerrado, protegido, encarcelado−, como Tepeoyól-lin: cerros unidos que se prolongan haciendo un círculo, ese cerro prolongado circular que protege lo mencionado, donde está enclavada la hoy ciudad de San Andrés Tuxtla, todo el centro que, por ser lo que es, recibe el nombre de Xicomóztoc (como el códice) y como complemento, ser de Tamoánchan, cuyos conceptos se traducen e indican; venimos, somos de la profundidad, el principio de nuestra cuna, nuestro origen; a la segunda cuna, en el encierro, en la concavidad natural circular.

Las sociedades del mundo Páehton, que siendo 360 veces más pequeño que Júpiter, jamás supieron a qué experimentaciones se dedicaban hacer sus científicos; estos y sus gobierno jamás informaron nada de lo peligroso de ellas y, (como sucede en la Tierra), experimentaciones nucleares les fueron resquebrajando, aflojando las placas tectónicas protectoras del núcleo y de la energía magnética, “enloqueciendo” su mundo; cuando estaba por suceder lo irreversible, cuando los científicos se dieron cuenta de su estupidez, todo era irremediable, nada se podía hacer; se libraron de problema dejándolos a su suerte.

Quetzalcóatl, dios de ellos, con residencia en el Sol, observó que en Páehton estaba sucediendo algo singular y… acudió desde el Sol a cerciorarse y habiéndose percatado de la situación, opino que la única solución era evacuar a las sociedades del paehtonita; opinión que no aceptaron; así, con un Planeta Zigzagueante que se disparaba a velocidades imparables, unas veces en dirección a Júpiter, otras en dirección a Marte; pasaron tres años hasta que en un acercamiento de suma peligrosidad, fue Páehton atrapado por la energía electromagnética de Júpiter, que le dio tres golpes al casco protector de ozono, resquebrajando, rajando toda su biosfera, incendiándola, cuyo humo espeso, no dejaba observarse unos a otros.

Desde este momento los paehtonitas aceptaron de Quetzalcóaltl, ser evacuados o quedaban a morir hechos brazas; para esto, ellos mismos enviaron mensajes a otros mundos del mismo sistema solar −lo que quisiera indicar que exista un Consejo Galáctico al que pertenecen−; informando que, aceptaban por si mismos, ser evacuados hacia la Tierra (lo que indica que contaban o, en la Tierra cuentan con medios de comunicación muy avanzados).

Ahora ya no hacían tumultos en protesta, en desaprobación de lo que les estaba sucediendo y nadie se responsabilizara de ello; ahora los tumultos eran con gritos exigiendo espacios en las naves de transporte para ser evacuados hacia la Tierra, exigían que les dijeran a quienes estaban en los mandos de las naves, la ruta que debían tomar en la evacuación.

Mientras esto sucedía, seguían sintiendo los bandazos que zigzagueantes daba en su ruta eclíptica y elíptica su Planeta Páehton y a veces, dispararse a muy alta como anormal velocidad.

Las informaciones de los códigos parciales, dentro del CÓDICE XICOMÓZTOC general; dentro de los 87 mensajes de éllo, indican en su interpretación que, a la Tierra, al sitio Xicomóztoc-Tamoánchan protegidos por Tzacoálco-Tepeoyól-lin, que aquí, en las profundidades del hoy San Andrés Tuxtla, en el subsuelo dejaron país, hicieron y dejaron ciudades; que les gustaba vivir en éllas, cerca de ríos, de cascadas de agua; que llegaron bien (esta información de haber llegado bien, ¿Por qué decirlo en un código?; que fueron traídos en dos modelos de naves galácticas, unas alargadas como serpientes y otras redondas; naves centelleantes (expresando con esto que parpadeaban luces de colores), dejaban gente y regresaban por más en cuatro ocasiones (de ahí que pareciera esto, narrativa de novela de ciencia ficción), y promueve otra pregunta, ¿pues su tecnología hasta cuanto de adelanto era, como ir a traer más gente; como si 18 Unidades Astronómicas de distancia, de Páehton a la Tierra, estuviera a la “vuelta de la esquina”?

¿a cuantas veces la velocidad del sonido o de la luz, era la tecnología −de sus naves− desarrollada del paehtonita?.

De inmediato, ya en la Tierra, dentro del circular Tepeoyól-lin del Tzacoálco, su dios Quetzalcóatl les hizo un sembradío de semillas traídas por el, (se ignora si del Sol o de Páehton), las hizo germinar en un instante, mediante la cábala y, las trasplantó más al fondo donde, del mismo modo hizo crecer arboles y arbustos, sobre todo el maiz porque, se le estaban muriendo de hambre (de ahí lo que narra la historia de México antiguo, cuando el dios expresa: ahora…¿Cómo, con qué voy a alimentar a mi pueblo tolteca?; las hormigas rojas, su propio yo le hizo recordar al maiz que el había sembrado), rescato el maiz en mazorcas secas, con hojas; lo llevo a su templo, Teóapan, lo sahumó, bendijo y se lo dio como alimento a ese pueblo que salvo evacuándolo; sació su hambre pero, su pueblo se le estaba muriendo, vivían a ras de suelo, teniendo por techo el cielo con el sol bañándolo con sus rayos; Quetzalcóatl les ordeno dispersarse por los cuatro puntos cardinales para que buscaran refugios y, hallaron inmensas por amplias y prolongadas cavernas que de inmediato habitaron y les gustó vivirlas, cerca de ríos de agua, junto a cascadas de agua, les construyó dos templos religiosos como dualidad y como equilibrio humano; uno positivo: Teópan, otro negativo: Otápan que, aun dejan observar sus líneas arquitectónicas bajo tierra; aquí en Xicomóztoc - Tamoánchan dio también inicio la bendición de su pueblo con agua, en ríos −tal como 36 mil años después fue con Jesús Cristo y su pueblo−; si enfermaban, el los curaba, los protegió siempre; ese ser humano, gen del hombre creado luego en Atlántihca, aún viven muchos millones de ellos.

Pasaron un poco menos de 13 mil años terrestres y, su dios Quetzalcóatl dejo Xicomóztcot – Tamoánchan, el Tóchan, hoy San Andrés Tuxtla, para continuar su ministerio como primer Mesías redentor en la Tierra y, hace 25 mil años migro hacia Teotiuácan a 52 kilómetros al Noreste de la ciudad de México, dejando dos puntos, sitios de descanso, intermedios donde se guarecían quienes lo siguieron y, hasta aquí los protegió, hasta llegar a Teotiuácan; sitios llamados aun, Toluquilla y Valsequillo.

Esto es el contenido en narrativa simple, del CÓDICE XICOMÓZTOC, de Raymundo González Morales, al descamuflar y desencriptar mediante la Filología del lenguaje galáctico, el Náua, los 87 códigos parciales de información que lo conforman; las pruebas podrán ser analizadas, una vez que lleguen otros registros de Derechos de Autoría; es esto narrado, tan original, tan cierto aún pareciendo inverosímil, que se antojan páginas arrancadas de novela de ciencia ficción. ¿Cómo es ese ser, el evacuado?... ¿Quién es él? y… ¿Por qué uno de esos códigos indica: “llegaron bien”?... Se lo reservamos para más tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario